jueves, 13 de enero de 2011

PERFORMANCE EN EL JARDIN. Realizado por Sixto Rodríguez







La performance es la expresión plástica que sirve de escenario para que se conjuguen de forma interdisciplinar varias modalidades artísticas interactuando para dar como resultado un nuevo modo de concebir el arte.
Dependiendo del uso en mayor o menor medida de cada disciplina artística empleada ésta se mostrará dando un sentido u otro al resultado final de dicha acción.
La arteterapia, se sirve del arte como medio de conducción para aquellas personas con inquietudes y que gracias a éstos medios expresivos artísticos que usan como herramientas, consiguen en un medio de comunicación el poder llevar a cabo una terapia de tipo Gestalt y adquieren una mejora en su calidad de vida tanto a nivel de la salud como de integración social.
La performance por tratarse de una expresión relativamente moderna al igual que la Arteterapia, no posee una gran base bibliográfica, pero si encontramos enorme información en la web por eso es un mundo novedoso tanto para la educación como para la investigación y ejecución en las aulas. Pero el ser humano desde que se desarrolla artísticamente viene realizando estas dos disciplinas. “Se trata de vivir la experiencia del arte en directo a través del contacto con la realidad ciudadana y con nuestra propia visión de lo que es y lo que significa el arte hoy”.
Una performance es una muestra escénica, muchas veces con un importante factor de improvisación, en que la provocación o el asombro, así como el sentido de la estética, juegan un rol principal. “Entendemos por performance la realización de una o varias acciones o actos en presencia de un público al cual, a diferencia de lo que ocurría en el happening, no se le pide que participe físicamente en él”.

1. 2.- Sixto Rodriguez realizando su performance
Según el propio artista:
“La performance como modalidad artística se lleva desarrollando en el mundo del arte desde los años 50, enmarcado en una serie de modos de ver y de practicar el arte propio de las vanguardias de segunda mitad del siglo XX.
La actuación del performer hoy en día se consolida y enriquece con toda una serie de posibilidades en torno a la misma que toman categoría de producto artístico.
De la acción del performer se pueden derivar: el video performance, el video poema, la foto artística en torno a su acción, el arte experiencial, la consideración de instalación artística a los restos de la acción.
Concretamente “la performance en el jardín” tuvo como base conceptual la enfermedad, la discapacidad y los elementos materiales y objetuales procedentes del propio entorno.
La performance es un conjunto de 13 micro acciones poéticas, es una reflexión sobre la mala suerte y los actos fallidos. Una apertura mental en forma de acción poética. El artista como maestro de ceremonias en torno a un acto vinculado al ritual y a lo chamánico, con el objetivo de deshacer el infortunio, de ahuyentar la mala fortuna y la precariedad y de conexión positiva a la «ley» cósmica de retribución, o de causa y efecto.

1. Ponerme la corbata
2. cortar y abrir granadas
3. Ordenaré y construiré un ramo de flores
4. romper un jarrón contra el suelo, lo dejaré caer con mucho cuidado.
5. arrastrar una silla.
6. Un charco en el suelo.
7. girar
8. Pelotas de tenis y lanzamientos heroicos.
9. Peinarme con un cepillo.
10. recortar mi propia camisa a la altura del pecho.
11. Hacer un cóctel.
12. Pieza guitarra.
13. Retirada del artista por el público.

La pieza está concebida como un performance siguiendo las directrices de línea clara, de arte de acción; es decir; el artista-hacedor, despojado de grandes recursos técnicos se enfrenta a la proyección sensible de lo que pretende representar. Siguiendo los dictámenes de la no separación de lo real y lo imaginado, del proceso creador con el resultado material de la obra y del encabalgamiento entre arte y vida.
Es importante subrayar que no se trata de una representación habitual, ya que el factor de improvisación y de participación del público queda abierto y cada actuación tendrá un componente experiencial irrepetible tanto por parte del ejecutante como por parte del público participante.
La naturaleza efímera de la obra potencia el sentido de banalidad y de no-perdurabilidad de la pieza, del carácter biológico y natural de todos los procesos y de la comprensión retardada de sensaciones y valoraciones subjetivas sobre la misma.
La memoria, la confusión espacio-temporal y los frentes abiertos de reflexión son parte importante del sentido global de la pieza.

Los restos y objetos usados puntualmente para desarrollar la acción-poética, todo el material gráfico que se recopile durante la acción, adquirirán valor de obra artística una vez finalizada la experiencia; y podrán ser expuestos en el lugar de ejecución del mismo.”

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