jueves, 13 de enero de 2011

EN UN JARDÍN BOTÁNICO, ESPERANDO UN ECLIPSE ME QUEDARÉ




María Ortega Estepa, es una de las grandes artistas del panorama andaluz, su obra pictórica basada básicamente en la ecología, las plantas y de cómo estas viven se comportan en los paisajes que nos rodean, en bosques o terrenos urbanos, de los confines del norte a los reinos del sur, cruzando mares y océanos volando por desiertos y campamentos.
Nuestra compañera de viaje es la que aporta las flores, como si de una fiesta se tratara, ella aporta el frescor de lo vegetal, de lo húmedo, de lo verde, de la fragilidad.
Como en esa canción de Radio Futura de 1982, Me quedo aquí sentado en este jardín tan extraño, observando el movimiento de los peces en el agua. Esa sensación de entrar en Atocha y quedarte fijamente mirando las plantas. Correr por una pradera y sentir la brisa, andar por la mañana en el campo y entrar en un pequeño bosque donde caracoles silenciosos se pasean y millones de cantos silbidos y música hacen pájaros imposibles, milagrosas mariposas y crujir de hojas y ramas en el suelo te despiertan el mayor de los sentimientos que puede tener el ser humano. No ser metálico en este jardín botánico.
Escribo estas letras en mi mesita de hierro colado de máquina de coser alemana que me traje a cuestas de una calle de Atenas, y en la estantería donde tengo mis libros sobre arteterapia, cocina, museos del mundo, Japanese Desing Motifs, por poner un ejemplo hay una foto de una amiga, unos prismáticos de mi amante de pájaros y un pequeño cuadro de María, éste no está colgado en la pared, este está aquí en el lugar de la sabiduría, porque es una pequeña enciclopedia de pequeños detalles que no para de sorprenderme.
Es enciclopedia viva de cómo se debe trabajar en arte, con emoción, con sentimiento, disciplina y técnica, con verdad y humanidad, con desparpajo y ganas de ser feliz, de ofrecer al que se le presenta todo oscuro un haz de luz y color que le alegre el alma.
María aparte de tener un curricular espectacular porque ha ido presentando su obra por infinidad de museos, salas, proyectos internacionales es una artista comprometida con las personas que la sociedad desechamos tantas veces. Ella es compañera de la lucha revolucionaria por la humanidad, esa que siendo pacifica, es como (y tengo que poner un ejemplo acorde a su obra) la zarza ardiente de Moisés que arde y no se consume. Desde Asanart y junto a otras compañeras y compañeros ella se forma en arteterapia y al mismo tiempo investiga para sanar con su arte.
Ella está ya sanando. Por lo menos a mi sí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario